Odio a mis amigos... uno por uno. Unas personas
que nunca han tratado de imitar mi angustia. Personas
que creen vivir felices, y lo peor de todo
es que yo nunca puedo pensar así”
“Infección”, Andrés Caicedo.
Mi día fue terriblemente amargo, como todos estos últimos, estos últimos desde que nací. Volví a mi cuarto, inhale las motas que me asfixian a ver si muero mas rápido, leí las copias de la supuesta redención que planeo y me suicide después encontrándome viva en el día siguiente.
Vuelvo atrás, comienzo aunque da lo mismo, narro hoy como fue ayer, y mañana como será, Bla, bla, bla.... ya saben lo que viene, terminen la frase, que sí, es predecible, como estos días que insisten en hacerme vivir.
He tocido ya 200 veces, me he bombeado como 40, y sigo aquí leyendo a Marx, tragándome el cuento de la redención de los oprimidos, para nada, para no aburrirme con el nuevo día.
¡Ya está! , me acicale, hidrate mis rizos, me puse cool, salí por la puerta de siempre, me embutí en el bus de partida y llegue justo a tiempo para respirar el aire viciado que todos respiran, lo trague profundo, muy hondo hasta sentirlo extirpar mi cerebro, destrozar mis neuronas y dejarme caminar junto a esta maraña de gente.
Me rio, opino, caigo bien, soy intelectualoide, rebelde, atea, ingenua, egoísta, pero sobre todoooo, insensible...bueno eso dice la gente que me acompaña y yo me lo creo, por queee... por queee....Ah!!! Tocará volver a mi cuarto, prender la tele y hundirme en el huracán que tengo al frente.
Somnusnjord