domingo, 2 de octubre de 2016



Me gusta tu primera imagen, inesperada para mí y tan opuesta a su tiempo.

Sutil, tierna y descomplicada, sin asomo de tácticas ni estrategias, llena de cariño y sensibilidad, perdida en el propio encuentro de nuevas sensaciones y en el disfrute de lo desconocido y agradable.

Tu imagen es clara, y se me antoja transparente. Tu conversación, tu tacto, tu mirada, me dan un trato amable, amistoso que me lanzan a la esquina donde me es difícil determinar si tu imagen y la mía serán algo más que dos disfrutando del encuentro en el espacio y tiempo adecuados.

Espacio y tiempo adecuados, comienza a retorcerse aquí la idea de ser solo eso, no es mi mejor tiempo, ni este un espacio destinado por el azar.

Tu imagen permanece, se mantiene en su postura de ternura y delicadeza y el espacio y tiempo inadecuados, terminan por ponerme en el centro de sentimientos que me despojan de la lógica y me dejan a expensas de una acción tuya que pueda cambiarlo todo.

Ocurre, tu imagen sin dejar de ser tu imagen, se va al encuentro de una nueva, frente a tus ojos soy espectadora del ser que eres y del que va naciendo.

En mis labios, en mis manos y poco a poco en mi cuerpo, sin ninguna prisa y con algo de temor se va reproduciendo tu nueva imagen, se proyecta en mí, se fija en mi cuerpo y se aferra a él, sin intención alguna de apartarse.


Me gusta tu imagen, la primera, inesperada para mí y la que me mira ahora, segura, convencida, apasionada y feliz. Me gustan tus imágenes y me gusta verlas proyectadas en mí. 

sábado, 3 de octubre de 2015

Te va a extrañar


6:30. Por más hermosa que sea esa canción no logrará nunca despertarte con buen humor. La conciencia de ti, te abruma. De todos los tragos dispuestos en tu mesa de noche, tomas el amargo y te dispones sin ninguna expectativa a consumir el día.

7:12. Nada en ti se repite, excepto yo, y esa inconsistencia me agobia. Cualquier día yo existí para ti, una sola caricia, un día de bienestar, estaba listo para eso, pero no para una dedicación constante como la tuya.

7:19. Pala y escoba reposan en posición, das tres vueltas a tu pelo, recoges tus mangas y empiezas la faena. Desde la esquina más escondida empiezas tu tarea, dos o tres pasadas sutiles sin levantar polvo y asegurándote que quede limpia.

7:27. Es como si te decidieras a dar la mejor de tus caricias, no te ocupa otro asunto, tu mente está allí y tus manos laboriosas tienen buena técnica, suave y sutil como una brisa, acelerada y persiste a ratos.

8:18. Son pocas las hojas marchitas en esta temporada, prefieres quitarlas una a una con tus manos y desde que te tengo, no tengo larga compañía de objetos extraños.

8:21. Vas y vuelves con la bolsa negra, anuncio de que tú y yo por hoy estamos acabando. Desapareces cualquier residuo y me dejas intacta. Tu vistazo panorámico me recorre; ¡Chica! Sabes que lo haces bien, pero prefieres asegurarte, y a mí me encanta verte mirarme en mi plenitud.

8:39 Cierras la bolsa, recoges pala, escoba y das la espalda, y no te vuelves más a atrás y comienza entonces mi gran incertidumbre, de saber si mañana también te tengo. 

viernes, 13 de septiembre de 2013

Recuerdo amarillo

La casa, la lluvia filtrada a montones por los agujeros del techo, la escoba, yo barriendo los chorros que inundaban el piso, la luz amarillenta que nos resplandecía en el encierro de las puertas con las que pretendíamos protegernos de una lluvia que ya nos había alcanzado, que nos bañaba y nos regalaba un espectáculo para mí de niña, mágico.

Dos personas, un canto, un baile, danzando al ritmo de la lluvia, adorando al ser omnipotente que imaginamos en el cielo, gozando extasiadas en una alegría infinita que se ha prolongado hasta los días de mi cercana madurez.

Fabricamos un recuerdo –fabriqué- de esos que no pueden venir solo con imágenes, de esos imprecisos cargados de emociones, que siempre cambian en forma y nunca en fondo, se cuentan en segundos y con suerte pudieron haber sido horas, es lo bueno de poder imaginarlos, de tenerlos archivados en la mente y no poseer restricciones que te digan como tienes que rememorarlos.

Dos  personas, cómo se encuentran en el éxtasis, cómo comparten la intimidad de un momento  sobrenatural, cómo se esparcen las energías, cómo se perciben en el aire, como al mirarte en esos instantes se encuentran unos ojos que lo saben todo, que han descubierto un misterio del que no podrán contar nada, ojos testigos de la ceguera con la que vivirán después, mirando otra vez con los ojos de los hombres que no conocen nada, que buscan y nada encuentran.
Somnusnjord

sábado, 12 de febrero de 2011


Parada en algún rincón del Caribe del que suelo olvidar que era,  me recuerdo Candulia, diosa del harte, navegante milenaria de los sueños construidos de los hombres, perfeccionista de la belleza que encuentro en cada lugar que no conozco, voy viajando, acoto viaje.

Rumbo a horizonte viejo

Desplazado harte, camino al centro del universo en su búsqueda, la exploración resulta excitante hasta que se me vuelve cíclica la búsqueda y el combustible no da abasto para embarcarme en la misión diaria, no queda más que arrojarme a la sensibilidad de las caóticas y hediondas avenidas de la ciudad, a gozar de la bulla, el atraco, y el solazo intenso. Inmersión profunda en el harte que no entiendo, el centro del universo me hace aborrecerlo , proyecto imágenes, sonidos, músicavibrante, negro, rucho, rancio, canta, gallo, canta, sol oscuro, rompo el sueño, olor a grajo penetrante que expide el ejecutivo a mi lado, voy en la buseta. 

En el centro nazco quimera, me vuelvo mentira en esa masa, en ese ensueño que nos venden diariamente a los que viajamos al centro, realidad soy en mi periferia en la que sigo siendo dueña de sueños en lugares sin sueños. Me voy desmoronando, pedazo a pedazo engrueso la colección de piernascarabocasmanos que nos han mutilado los reyes del centro, de ese universo mágico misterioso trampa triste del bello y verdadero harte. Se nos robaron, se me robaron la trenza, el trompo, el golpeao, el vacile y ahora desplazada de mi harte voy al centro caminando con la única pierna que me queda con sus ojos cegatones para ver la gran función del arte, y quedarme ahí doscientos años mas porque de regreso me dijeron: “ya no queda nada”

Explota inerme mi ciudad, risa y baile, somos isla perdida e inentendible pero superviviente e independientemente utópica de centro. Rumbo a horizonte viejo.

Somnusnjord