sábado, 12 de febrero de 2011


Parada en algún rincón del Caribe del que suelo olvidar que era,  me recuerdo Candulia, diosa del harte, navegante milenaria de los sueños construidos de los hombres, perfeccionista de la belleza que encuentro en cada lugar que no conozco, voy viajando, acoto viaje.

Rumbo a horizonte viejo

Desplazado harte, camino al centro del universo en su búsqueda, la exploración resulta excitante hasta que se me vuelve cíclica la búsqueda y el combustible no da abasto para embarcarme en la misión diaria, no queda más que arrojarme a la sensibilidad de las caóticas y hediondas avenidas de la ciudad, a gozar de la bulla, el atraco, y el solazo intenso. Inmersión profunda en el harte que no entiendo, el centro del universo me hace aborrecerlo , proyecto imágenes, sonidos, músicavibrante, negro, rucho, rancio, canta, gallo, canta, sol oscuro, rompo el sueño, olor a grajo penetrante que expide el ejecutivo a mi lado, voy en la buseta. 

En el centro nazco quimera, me vuelvo mentira en esa masa, en ese ensueño que nos venden diariamente a los que viajamos al centro, realidad soy en mi periferia en la que sigo siendo dueña de sueños en lugares sin sueños. Me voy desmoronando, pedazo a pedazo engrueso la colección de piernascarabocasmanos que nos han mutilado los reyes del centro, de ese universo mágico misterioso trampa triste del bello y verdadero harte. Se nos robaron, se me robaron la trenza, el trompo, el golpeao, el vacile y ahora desplazada de mi harte voy al centro caminando con la única pierna que me queda con sus ojos cegatones para ver la gran función del arte, y quedarme ahí doscientos años mas porque de regreso me dijeron: “ya no queda nada”

Explota inerme mi ciudad, risa y baile, somos isla perdida e inentendible pero superviviente e independientemente utópica de centro. Rumbo a horizonte viejo.

Somnusnjord